Venta ilegal de bicis robadas
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Hace unos días se produjo un nuevo robo en una tienda de bicicletas. Los ladrones entraron mediante el método del butrón, un agujero de gran tamaño en la pared. Y arramplaron con todo lo que vieron. Así lo cuenta Paco, el dueño de Ebike Guadarrama, qjue es como se llama el establecimiento de la sierra madrileña del mismo nombre:
El alto precio de las e-bikes (y en general de las bicis de gama media y alta) parece que despierta los bajos instintos de los amigos de lo ajeno. A principios de año, por poner otro ejemplo, entraron a robar en la tienda LTM Racing, ubicada en San Sebastián de los Reyes, Madrid.
Sus dueños compartieron información del material robado: «para que, con tu ayuda y entre todos, podamos poner freno a la venta ilegal de material robado». El método también fue el butrón y los ladrones se llevaron material valorado en unos 700.000 euros.
Ya entonces los responsables de dicha tienda hacían esta advertencia: «Esta vez nos ha tocado a nosotros, pero por desgracia le ha pasado y le puede pasar a más tiendas, así que os pedimos que contribuyáis al freno de la compra ilegal de material robado«.
No ha sido el único intento de robo en ese establecimiento. Y el de Ebike Guadarrama seguramente, por desgracia, tampoco será el último. Una cosa hay que tener clara, que como sociedad seamos conscientes y no contribuyamos a la enorme lacra para el sector que supone la compra de material robado.
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En la foto de arriba el butrón en LTM Racing y aquí cómo se encontraron la tienda los empleados.
No sólo perjudica a los que venden si no que el cliente pierde derechos, garantías y seguridad y puede ser acusado de un delito.
En efecto, el delito se llama receptación y se produce cuando una persona ayuda a los responsables de un delito contra la propiedad o contra el orden socioeconómico en el que no ha participado, pero que conoce, a aprovecharse de sus efectos con ánimo de lucro.
La conducta puede consistir en recibir, adquirir o esconder los efectos. Un ejemplo de manual es el robo de bicis: una persona se dedica a vender mercancía robada previamente por otras personas, siempre y cuando el vendedor fuera conocedor del origen ilícito de las mercancías que está vendiendo.
En este caso, el autor del delito de receptación estaría ayudando a los autores del primer hecho delictivo, el robo, a dar salida al material robado.
Comprar material robado pensando en ahorrarse dinero puede salir caro. La pena de prisión mínima es de seis meses a dos años. Así que si os roban la bici buscad en plataformas de venta on line de artículos de segunda mano. Y sed sensibles con las posibles compras de «chollos», bicis increíbles a precios de risa.