Bicifobia, normas y discriminación
Un buen artículo de Albert Puyuelo en Tradebike.es titulado El placer de prohibir, apunta algunos de los problemas que nos encontramos hoy los ciclistas de montaña. Crece el número de usuarios de la bici y crece la denominada «bicifobia».
Puyuelo comenta en su post que los que habitualmente vamos en MTB sabemos que senderistas y ciclistas comparten un mismo espacio sin problemas. La base, como en casi todo, es el respeto mútuo, argumento que compartimos aquí.
Sin embargo, continúa:
«Con el boom ciclista post-pandemia, las personas han cambiado sus costumbres y ahora hay más gente paseando por los montes y más ciclistas circulando por senderos y pistas forestales.
Por lo tanto, estamos hablando de ‘nuevos usuarios de la montaña’. Y cuando hay alguna novedad (algún cambio) siempre hay gente reticente. Quejas».
El lunes pasado que estuvimos en Valdemanco (Madrid) revisando los senderos por los que se desarrollará el Open Day que estamos organizando, lo hablamos con el concejal de Deportes, Luis Navarro, este boom ciclista -como también explica el autor del artículo que comentamos-:
«Ha puesto en bandeja que algunos ayuntamientos quieran prohibir el paso de ciclistas por los senderos».
Es algo que viene sucediendo en los últimos años, a más bicis más restricciones o amenaza de las mismas. Y pone el ejemplo de la Serra de Collserola (Barcelona) donde varios municipios tienen sobre la mesa un plan de prohibición de uso recreativo y deportivo de la bicicleta.
Si se aplicara, el ciclismo quedaría relegado a paseos por pistas forestales muy amplias y que sean perimetrales por la sierra. Cita, y no es broma, propuestas como pedalear por espacios autorizados por GPS para controlar la velocidad, identificar a ciclistas con un carnet de usuario, placas para los vehículos…
«Y un sinfín de ideas de lo más rocambolescas y, por supuesto, bicifóbicas«.
Como propone Albert, hagamos un poco de autocrítica. ¿Es cierto que el MTB puede destrozar los bosques? En general, no. Pero si no se circula con respeto hacia la montaña, puede que sí. Por lo tanto hay que insistir en esto.
«Otro tema preocupante son las trampas, cada vez más habituales -argumenta el catalán-. A veces son piedras colocadas estratégicamente en medio de senderos, otras veces son troncos… y alguna vez incluso pinchos«.
Aquí tenéis el reportaje que publicamos sobre trampas para ciclistas.
La bicifobia es real, y «seguirá incrementándose si las autoridades siguen lanzando propuestas de limitaciones para ciclistas. Esto envía el inequívoco mensaje de que las bicicletas son un problema para la montaña y para la convivencia. Normas y más normas para dejar contenta a una minoría que, seguramente, tiene amistades en algún ayuntamiento», argumenta el autor.
Y está el tema de la discriminación. Cuando voy con la bici con un amigo hay senderos por los que no puedo circular, sin embrago, si con ese amigo y en el mismo sendero camino con otras ocho personas, sí podemos disfrutarlo. Incoherente ¿verdad?
¿Hacemos menos daños cuando somos un grupo de senderistas que cuando vamos un par de ciclistas?
«Todos sabemos que ambos grupos aman la montaña y su última intención es destrozar nada».
Y concluye Puyuelo:
«Si decimos que estamos en contra de todas estas normas que se supone que se han creado para favorecer la convivencia, puede parecer que estemos lanzando una perorata contra la convivencia. Pero en realidad es al revés, ya que prohibir es lo que daña la convivencia«.
Está claro que es más fácil prohibir que informar o proponer propuestas útiles, entre las cuales se encuentra el trailbuilding (al que dedicamos el post Los que cuidan los caminos). Recuperar caminos históricos abandonados, mantener en buen estado los ya existentes.