Trans-Nomad: Aventura en carrera sin estrés

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Javier García, director de la carrera épica Trans-Nomad: «Este año incluimos e-bikes por vez primera».

La definen como la mejor aventura y competición de enduro en los Pirineos. Son seis días de evento y cuatro de carrera para disfrutar de una experiencia única en tu bicicleta en los mejores senderos de alta montaña de Europa. Quien la vive, sale con nueva familia de esa cordillera. Nos lo cuenta su director, Javier García.

-¿Cómo definirías Trans-Nomad, una carrera, una aventura, un modo diferente de viajar? He visto esta definición que me gusta, por si quieres explicarla mejor: «Una aventura en formato de carrera pero sin estrés».

Sin duda una aventura o experiencia sobre tu bicicleta en formato carrera. Así es como nos gusta definirlo y así es también como muchos corredores valoran esta prueba. En las encuestas de satisfacción de Trans-Nomad, hacemos esta misma pregunta y mas del 75% respondió que les parecía una aventura y un 25 % una carrera. Una aventura en los Pirineos, sin duda.

-¿Cuándo y cómo se creó, cual fue la idea original y por qué el nombre?

Este proyecto lo empezamos a medias con Guti Martin de Sherpa Project, que por motivos personales tuvo que dejar Trans-Nomad en 2019 y me dejó al frente del «trasatlántico». De hecho, fue él quien me animó a hacer una carrera por etapas en formato «trans» en los Pirineos. Él acababa de estar en Trans-Provence y le encantó el formato, el ambiente y la aventura. Yo por aquella época trabajaba conjuntamente con Guti en Big Ride en la sede de Castejón de Sos y él en sus continuas visitas al Pirineo vio el gran potencial para hacer una prueba de estas características.

Ese año hice un viaje con Quiri Aquilue y Begoña de cuatro días por el Pirineo en formato enduro. Y de ese viaje salió el diseño de la primera Trans-Nomad. También es cierto que el grupo de amigos de Huesca y Zaragoza, ya hace más de seis o siete años empezamos con las rutas de ciclomontañismo o cicloalpinismo, como lo quieras llamar. Eso fue culpa de Ángel Cheliz y Oriol Morgades de Zona Zero, que fueron sin duda los pioneros de toda esta modalidad en Aragón.

A través de su web GPS Pirenaicas ofrecían rutas épicas de ciclomontañismo, con porteos y bajadas increíbles. Aquello nos encantaba. Y pensamos que Trans-Nomad tenía que ofrecer algo distinto al resto de Trans en el mundo y este formato nos encantaba.

Foto: Juanjo Otazu.

-¿Quién es el equipo organizador, de qué ámbitos provenís?

El equipo de Trans-Nomad durante el evento está compuesto por más de 30 personas, entre Oficina de Carrera, Logística, Dirección de Carrera, Bike Patrols, Servicios de rescate y médico, Media Team de foto y vídeo. Todos en su ámbito tienen experiencia en eventos de estas características, aunque ninguno nos dedicamos en exclusiva al mundo de los eventos. Desde consultores de turismo como es mi caso, a personas que trabajan en gestión deportiva o destinos, incluso personas del mundo profesional de la venta de bicicleta.

Lo más importante y reseñable del equipo de Trans-Nomad es que todos somos amigos. No es que seamos amigos a raíz de Trans-Nomad, no, somos amigos y apasionados de la bicicleta y de la montaña que hacemos que Trans-Nomad sea un proyecto viable gracias al empuje de muchos amigos y grandes profesionales que son parte de esta familia. Si no esto sería imposible, de verdad.

-¿A qué tipo de ciclista está destinada la prueba?

Un mountain biker amante de la montaña y con espíritu de aventura y sacrificio. Chico o chica. Tiene que tener cierta experiencia en bajar por senderos con la bicicleta y una forma física buena. Tampoco hace falta ser un Superman o Superwoman. Lo importante es el espíritu Trans-Nomad: ayudar a tus compañeros, actitud positiva, valores, superación, etc. El hacer un buen crono es parte de Trans-Nomad pero la gran mayoría vienen a disfrutar de una aventura.

Muchos de la gente que ha venido al menos una vez a Trans-Nomad dice que es una experiencia que se debe probar. Y otro dato positivo de nuestros usuarios es que el 100 % lo recomendaría a sus amigos. Por lo tanto es un evento para todos, pero sin duda requiere cierta forma física, espíritu de sufrimiento y ganas de aventura y pasarlo bien.

Quien venga solo a una carrera de enduro, creo que no acertará, sinceramente, a no ser que seas un pro. Para ellos por supuesto es una carrera y lo dan todo y da gusto verlos volar por los senderos. Pero para el resto, que también tienes sus competiciones internas, es un reto pero el crono cuenta algo menos.

Foto: Juanjo Otazu.

-En esta edición de 2020 se estrena la categoría e-biker. Cuéntanos ¿por qué os habéis decidido a ofrecernos a los e-bikers esta oportunidad? y por curiosidad, ¿por qué en ediciones anteriores no?

Bueno es indudable que las e-bikes están aquí para quedarse. Y también es cierto que en estos años las e-bikes se han visto como bicis que permitían únicamente hacer remontes cómodos y poder hacer rutas más largas. Pero yo creo que eso ha cambiado y se ha demostrado que bikers con mucha experiencia y forma física en enduro utilizan las e-bikes como primera bici y las utilizan no sólo para minimizar esfuerzos, sino para hacer mayores aventuras o desafíos.

Hay una pequeña revolución con el concepto de rutas e-bikes y hasta dónde puede llegar una bici eléctrica. Yo he sido el primero en darme cuenta que con una e-bike y por supuesto con esfuerzo, se puede llegar a sitios increíbles o incluso remontar por lugares que pensabas que no era viable. Eso sí, con técnica y forma física.

Estos años pasados hemos probado las e-bikes dentro de Trans-Nomad. Primero sólo con nuestros bike patrols y el año pasado hicimos una prueba con dos corredores y nuestros bike patrols y vimos que era viable. Eso sí, los que vengan con e-bike tendrán la misma ruta y desafíos que el resto de corredores y tendrán que ser casi autosuficientes con una batería o sólo con una recarga en ruta de una hora.

Las e-bikes tendrán que dosificar y gestionar también su batería, por lo que creemos que de esta manera se equilibrará mucho entre los biker «atmosféricos» y «eléctricos». Estamos muy ilusionados con abrir esta modalidad en Trans-Nomad y ser de los primeros del mundo Trans que acepta e-bikes entre sus corredores.

-¿Cual crees que va a ser la aceptación por parte de los fans de las bicis eléctricas? y ¿crees que existen prejuicios hacia los e-bikers en general o es algo que va superándose?

Empecemos por el final. Sí, hay muchos prejuicios y mucho desconocimiento, por eso creo que hay que apostar y dar visibilidad a este colectivo que es cada día más y más numeroso e importante en ventas, eso es obvio.

Sin embargo, hay poca oferta de destinos y de eventos que apuesten por ellos, yo creo que por esos prejuicios y desconocimiento de que las ebikes son para vagos o para gente fuera de forma. Eso es completamente falso y todos lo que lo dicen seguramente en unos años acabarán con una.

No por ser mayores si no porque se convencerán de las prestaciones y de la diversión que te puede ofrecer. No digo como única bici, pero muchos tendremos la e-bike, la mtb atmosférica, igual que tenemos una de carretera o de gravel.

Foto: Juanjo Otazu.

Respecto a la valoración por los fans, no lo sé la verdad. Si atraemos alguno, será muy bienvenido. No sabemos la respuesta y aceptación que tendrá porque va a ser nuevo. Lo que sí que quiero es incidir en que el que venga con e-bike va a hacer una Trans-Nomad con el mismo espíritu y esfuerzo que el resto. O por lo menos vamos a intentar que así sea.

-¿Qué consejos puedes darle a quien vaya a participar por primera vez?

Que venga sin miedo, en buena forma y con ganas de pasarlo bien. Que entrene los porteos antes de venir a Trans-Nomad, con las mismas zapatillas de bici con las que venga y que le resulten cómodas, tanto para andar como para pedalear. Que sepa que lo que va a ver y sentir sobre la bicicleta va a ser único y aunque haya hecho ciclomontañismo alguna vez, el ambiente de la prueba, el viaje, los amigos… hacen que sea una experiencia inolvidable.

Va a tener que hacer esfuerzos que se van a ver recompensados con bajadas y paisajes increíbles. Y sobre todo, que no se obsesionen con la preparación física y técnica. No hace falta tener un nivel experto para venir a Trans-Nomad. Saber bajar bien por senderos, tener buena forma y espíritu de sacrificio. Eso es todo.

-¿Cómo es el ambiente que se vive durante la prueba y entorno suyo?

Todo el que viene a Trans-Nomad encuentra aquí a una gran familia que somos todo el equipo de organización y el resto de corredores. De verdad que el ambiente de la prueba es otra de las cosas que destacan muchos participantes. Es algo único. Incluso corredores top a nivel mundial que han estado en la prueba y con experiencia en eventos mundiales de enduro y por etapas dicen que el ambiente familiar de Trans-Nomad no lo habían visto en ninguna prueba.

Foto: Juanjo Otazu.

-Todo evento lleva aparejado a él cierto marketing, es lógico. Cuéntanos cómo mantenéis el equilibrio entre el aspecto comercial y el puro espíritu del mountain bike que puede resumirse en divertirse, disfrutar sobre la bici respetando el entorno natural y a los demás.

Para nosotros no es una cuestión de marketing, de verdad. Es nuestra filosofía. Tenemos un profundo respeto y también cierta preocupación por el equilibrio entre nuestra pasión, que es montar en bici por las montañas y su posible impacto en los espacios naturales protegidos de alto valor ecológico.

Tenemos limitada la prueba a 60 corredores este año y una de las cosas que más nos cuesta es conseguir los permisos ambientales para la prueba. Por otro lado, desde Trans-Nomad y a nivel personal hemos promovido las Jornadas de Turismo Sostenible y Bicicleta de Montaña, porque nos preocupa este equilibrio y creemos que hay tener mucho respeto, sensibilidad y conocimiento de que nuestra actividad se debe realizar de un modo respetuoso y sostenible.

Nos jugamos mucho y pensamos que en zonas como Aragón ya lo tenemos todo hecho porque nos dejan ir por los senderos. Pero eso, no es así. Hay muchas voces críticas dentro de la Administración y a veces con argumentos de peso a los que tenemos que demostrar con hechos que la bicicleta y la montaña pueden ser compatibles.

A nuestros participantes les ponemos restricciones ambientales durante la carrera y se penaliza mucho el tema de residuos, recortes e incluso les obligamos a ir andando en secciones o tramos de enlace que la administración ambiental considera muy sensible y que no deben hacerse pedaleando.

También les intentamos contar en los encuentros de cada día la importancia natural y cultural de los sitios que pasamos y las especies protegidas. La verdad es que la gente que ha venido es sensible y muy respetuosa con este tema. Como debe ser.

Trans-Nomad acondiciona y a veces recupera del orden de 25 km de senderos para cada edición para todo el conjunto y los territorios.

Foto: Juanjo Otazu.

-¿Recibís suficiente apoyo tanto de marcas como de las instituciones?

Yo con las marcas que tenemos estoy muy contento y agradecido. Tanto con Orbea, que pone nombre al evento, como nuestros nuevos sponsor Dirtlej y Met y los clásicos desde la primera edición como Fox. Hay que pensar que nuestra iniciativa es muy minoritaria y ellos apuestan por nosotros, les da igual que no vengan miles de personas. Valoran la filosofía, el ambiente, los paisajes, la aventura.

Somos privilegiados. Es cierto que nos cuesta mucho encontrar patrocinadores así. Cuando explico a un posible sponsor qué es Trans-Nomad, la gran mayoría no lo ve. No es un evento que les interesa. Para mi gusto prefieren cantidad a calidad, pero ¡ellos se lo pierden! Aquí les tratamos con respeto, les damos visibilidad, comunicación y la oportunidad de posicionar una marca en una prueba referente y única en el mundo.

Con las instituciones, tengo apoyo, pero quizá menos decidido. Creo que para ellos somos un evento más y no lo aprovechan para posicionar su destino como un referente para el mtb. También me ha pasado varias veces que un nuevo apoyo institucional no cree en Trans-Nomad al 100% hasta que no la ve pasar por su territorio y ve el potencial que tiene a nivel de comunicación y visibilidad. Pero también lo entiendo y veo lógico.

-¿Qué es lo más difícil del evento para la organización y qué para los corredores?

Para mí, la obtención de permisos ambientales y de la carrera. Es una batalla de meses y a veces llegan los permisos en el último momento y tras muchas presiones, agobios, recursos. Es el tema más delicado para mí. Por otro lado, más amable es el diseño de las etapas, el equilibrio entre ellas, entre esfuerzo pedaleando o porteando y la bajada o bajadas que te vas a encontrar.

Foto: Juanjo Otazu.

Para los corredores noveles yo creo que los porteos. Al principio todo el mundo los teme, luego al segundo día de carrera ya parece lo más normal del mundo y la gente se acostumbra. Pero portear o empujar la bici requiere esfuerzo y a veces los remontes largos pedaleando. A veces ves pasar los corredores en esos momentos y te miran con cara de cierto odio. Luego los ves cuando llegan a meta y te dicen con una sonrisa: «Merece la pena el esfuerzo«.

Foto: Juanjo Otazu.

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